lunes, 15 de julio de 2019

El sistema político actual sólo garantiza la anarquía.



OPINIÓN: El sistema político actual sólo garantiza la anarquía.

Por: Julio César Reyes 
Activista político
Sec. General Nacional Adjunto de Nuvipa.

#EnDefensaDeLaFamilia

La anarquía domina a Venezuela. No hay respeto por nada ni nadie, en la subvivencia en la que estamos cada quien hace lo “que mejor pueda hacer” por algo de alimento. En la parroquia sucre de Catia es donde más crudo se ve el panorama, Catia se ha vuelto un pueblo sin ley, donde los “negocios” ilícitos abundan para conseguir dinero “fácil” que sirva para apalear distintas necesidades; desde llevar el pan a la familia hasta cubrir alguna enfermedad, también para  los vicios y juegos de azar. 

De “autoridades” solo se sabe y se ven en dos escenarios: en televisión, por cierto para caernos a cuento, y la Policía nacional, la municipal de Caracas y la Guardia Nacional, muchos de estos funcionarios se han convertido en los empleadores y distribuidores de alimentos y medicinas para el ilegal bachaqueo, y socios de los grupos paramilitares mal llamados colectivos de las zonas. 

Recorrer Pérez Bonalde, la entrada del 23 de Enero, los bulevares, la entrada de los Magallanes, la plaza Catia entre otros, es sinónimo de toparse con la cara fea de la corrupción y la podredumbre en la que han sumergidos a nuestros cuerpos de seguridad. Es detestable ver a nuestras policías mercadeando alimentos y cobrando vacunas por pequeños territorios para la anarquía y delincuencia.

Hemos sido testigos de cómo se utilizan los vehículos de la policía para el traslado de alimentos  con productos CLAP, de cesta de pollos convertidas en cajas de resguardo para el dinero efectivo que la mayoría no conseguimos, de monedas extranjeras y de trueques inenarrables como intercambio de un kilogramo de arroz, pasta o harina por sexo. Si, como lo lee ¡sexo! La perversión total, una especie de ciudad de Sodoma y Gomorra. 

Madres en la desesperación por alimentar a sus hijos intercambian sus cuerpos por comida, adolescentes en las esquina ofreciendo sus cuerpos a inescrupulosos aprovechadores de su miseria y hambre para tener algo de comer. Esto, sin dudas, es consecuencia del sistema perverso actual. 

En otras comunidades populares de diversas parroquias de Caracas también se comenta ha llegado el sexo transaccional, incluso sin distingo de género. Todos los meses (“donde llega el CLAP”) se oyen las quejas por la diferencias de precio de las cajas, los reiterados “moche” en los artículos que traen. Ante todo este sufrimiento colectivo vemos como los grupos armados irregulares manejan el monopolio de la corrupción con los alimentos. Se hablan de galpones repletos de comidas, de góndolas que suben por la Caracas-La Guaira con alimentos y custodiadas por camionetas Four Runner sin placas, mientras grupos comandos como el FAES y la DGCIM se encargan de perseguir y amedrentar a dirigentes políticos, sociales, vecinos, periodistas, etc.

Cuánto daño le han causado a nuestra sociedad…  El sistema político perverso que insiste en usurpar el poder en Venezuela, está empeñado no solo en la destrucción de la institucionalidad y de la República, están yendo contra la dignidad, la moral y los valores de la familia venezolana. Pareciera un plan orquestado para teñir de gris a nuestro amado país. 

Ante esta difícil realidad,  estamos obligados a seguir trabajando y más duro por el rescate de la ciudadanía y los valores, es mentira que está todo perdido y que fracasamos. Si fuese así, no se levantaría todos los días la señora María a las 4:00 am para salir a buscar los mejores ingredientes para mantener la calidad de las empanadas que vende en el barrio, no se levantaría usted todos los días para salir a trabajar y mantener a su familia de forma honesta.  

Si todo estuviera perdido, el pequeño comerciante que aún queda no se levantaría temprano para abrir su negocio y prestar sus servicios, ni los médicos y educadores que trabajan con las uñas salieran todos los días a servirles a los más vulnerables, ni a formar ciudadanos. 

Si vale la pena seguir luchando y soñando porque Venezuela es un país de triunfadores y usted, mi querido lector, es uno de ellos.

Jr2482@gmail.com

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